Compras online de forma segura

  • 15/12/2025

Antes de entrar en materia, conviene aclarar algunos puntos para evitar confusiones o malentendidos:

  • No es posible realizar compras anónimas dentro de la UE.
  • Seguridad no es sinónimo de privacidad. Si un producto debe enviarse a nuestro domicilio, el comercio ya dispone de nuestros datos personales. Solo puede hablarse de cierto grado de privacidad en la compra de bienes intangibles, como software, claves de producto, suscripciones y servicios digitales.

A diferencia de lo que ocurre en otros países, como Estados Unidos, en la zona euro no se contempla el uso generalizado de tarjetas de crédito “anónimas” (privacy.com) ni de números de teléfono desechables o seudónimos (Cloaked, Hushed, MySudo). El emisor del medio de pago —PayPal, tarjeta física, virtual o desechable— siempre dispondrá de nuestros datos reales. La única excepción posible es el uso de criptomonedas, una opción aún poco extendida y prácticamente limitada a Monero.

El objetivo de esta entrada es analizar distintos medios de pago online suficientemente seguros, especialmente ante posibles brechas de seguridad o fugas de datos en comercios electrónicos o pasarelas de pago. Asimismo, se recogen algunas buenas prácticas orientadas a mejorar la privacidad, especialmente en la adquisición de bienes intangibles.

Medios de pago

PayPal

PayPal es la pasarela de pago más conocida y con mayor implantación en el comercio electrónico. Para crear una cuenta basta con disponer de una dirección de correo electrónico (o alias) y un número de teléfono móvil. El resto de los datos solicitados no tienen por qué ser reales, al menos inicialmente.

Para efectuar pagos existen tres opciones:

  • Cargar saldo directamente en la cuenta PayPal.
  • Vincular una tarjeta de crédito o débito.
  • Vincular una cuenta bancaria.

La opción más recomendable es vincular una tarjeta de crédito, ya que solo requiere los datos de la tarjeta, sin necesidad de facilitar nombre ni apellidos al comercio.

Si exceptuamos el número de teléfono móvil, PayPal es uno de los sistemas que menos datos personales exige y, a su vez, el que menos información revela al comercio.

Tarjeta de crédito o débito

Si dispones de una cuenta bancaria, ya cuentas de facto con una tarjeta de crédito o débito. Desde el punto de vista de la seguridad, lo más recomendable es destinar una tarjeta exclusivamente para compras online.

Idealmente, esta tarjeta debería funcionar mediante recarga y no estar asociada directamente a una cuenta corriente. De este modo, el saldo disponible dependerá únicamente de las aportaciones que realicemos.

Esta operativa permite:

  • Limitar el dinero en riesgo en caso de fraude al saldo disponible.
  • Cancelar la tarjeta sin afectar a otros servicios financieros.

Si tu banco cobra por una segunda tarjeta o su gestión resulta poco flexible, existen alternativas gratuitas a través de neobancos. Dos opciones especialmente recomendables son N26 y Revolut.

En ambos casos, el proceso de alta está sujeto a la normativa vigente, por lo que será necesario facilitar datos reales y aportar documentación como DNI o pasaporte.

Tarjetas de un solo uso

Algunas entidades permiten crear tarjetas virtuales de un solo uso o para un comercio concreto. Esta opción ofrece un nivel de seguridad aún mayor.

  • Uso de una tarjeta distinta para cada servicio.
  • Posibilidad de eliminar la tarjeta tras realizar un pago.

Como contrapartida, requiere una mayor gestión si se utilizan muchas tarjetas simultáneamente. Entidades como Bankinter y Revolut ofrecen esta funcionalidad incluso en cuentas básicas.

Operativa en la compra online

Existen múltiples formas de aplicar lo anterior. Para simplificar, las resumimos en dos enfoques principales.

Gestión óptima

  • Utilizar un alias de correo distinto para cada servicio o comercio.
    • Permite identificar rápidamente el origen del spam.
    • Facilita cambiar la dirección afectada en caso de brecha de seguridad sin comprometer la cuenta principal.
    Servicios como AnonAddy o SimpleLogin ofrecen un excelente funcionamiento a precios muy competitivos.
  • Usar una tarjeta específica por servicio o, al menos, separar pagos recurrentes y esporádicos en tarjetas distintas.
  • Disponer de una segunda línea móvil para aquellos servicios que exigen un número de teléfono de forma obligatoria. Existen operadores con tarifas básicas por 4–5 € mensuales, suficientes para este propósito. Permite aislar llamadas, SMS y mensajería del número principal mediante aplicaciones duales.

Gestión mínima

  • Utilizar al menos un alias de correo asociado a una cuenta segura y privada como Proton Mail, Tutanota, Posteo o Mailbox. También pueden utilizarse servicios gratuitos como DuckDuckGo Email Protection o Firefox Relay.
  • Disponer de una tarjeta prepago o de recarga. Puede asociarse a una cuenta PayPal para mayor flexibilidad en los pagos.

Conclusiones

Tanto si somos usuarios habituales como esporádicos del comercio electrónico, resulta altamente recomendable contar con uno o varios sistemas de pago fiables y bien gestionados.

En caso contrario, basta una sola mala decisión —o una concatenación de circunstancias adversas— para convertirnos en víctimas de estafas o de brechas de seguridad cada vez más frecuentes en el entorno digital actual.

Invertir algo de tiempo en organizar nuestros métodos de pago y comunicación puede marcar una diferencia significativa en términos de seguridad y tranquilidad.

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